viernes, 14 de mayo de 2021

Come back El Panteón del Libro. Colección Poderosas: Ana Bolena

¡Hola mis preciosas Criaturas!

¿Cómo estáis?

Espero que estéis muy bien y que durante este tiempo de ausencia por mi parte y de lo que hemos vivido y seguimos viviendo de pandemia, estéis todos bien, así como vuestras familias, amigos, allegados, mascotas...

Hace mucho tiempo que no me paso por aquí, pero como sabéis, hemos pasado (y aún lo seguimos haciendo) por una situación mundial difícil para todos, donde el miedo, la angusta y la incertidumbre, han sido los protagonistas de toda esta historia.

Durante este espacio de tiempo en el que me he ausentado, lo he utilizado para mí. Para conocerme, para decidir qué rumbo quiero seguir, qué cosas quiero hacer, cómo quiero vivir a partir de ahora, qué es lo que me llena, lo que me hace feliz... Ha sido una oportunidad maravillosa, para descubrir la mujer que soy, el poder que tengo, mis virtudes, defectos, heridas que sanar, cosas que olvidar... Ha sido también un tiempo de construcción y creación.

Para quienes aún no lo sepáis, durante este período he pasado por una metamorfosis interior espectacular. Han cambiado mis gustos literarios, las cosas a las que dedico mi esfuerzo, trabajo y dedicación, mi estilo de vida, mi manera de vestir...

Para todos los que os interese, quiero deciros que estoy preparando cosas muy chulas para próximamente, poco a poco, os iré dando más información.

Y bueno, para celebrar este come back mío renovado, vamos a dedicar el post de hoy a la figura de Ana Bolena, la segunda esposa del rey Enrique VIII.

Tenía muchas ganas de traer esta reseña porque ha sido un libro que me ha fascinado. Por fin, se le ha hecho justicia a una de las muchas mujeres que han pasado a la historia que conocemos, difamadas y representadas como algo que no eran.

Uno de esos casos, es la figura de Ana Bolena, segunda esposa de Enrique VIII de la dinastía Tudor. Su origen no era noble pero gozó de una educación exquisita bajo la tutela de la archiduquesa Margarita de Austria y posteriormente en Francia, tras entrar al servicio de la reina Claudia. Allí afianzará su educación hasta que tenga que regresar de nuevo a Inglaterra.

La Ana Bolena que ha llegado a nuestros días, pese a haber sufrido damnatio memoriae, es bajo el estereotipo de mujer fatal, descrita como mujer sin escrúpulos, ambiciosa, egoísta y de un narcisismo enfermizo. Muchos han sido quienes la tildaron de soberbia, orgullosa y manipuladora, pero era en verdad, determinación y un profundo sentido de la dignidad personal.

Pero Ana en realidad, fue una reina inteligente y erudita, que luchó por tener el control sobre su vida. Siempre fue una mujer que rechazó las limitaciones sociales que le imponía su género, haciendo valer su feroz intelecto y ambición. Mujer moderna, llena de brío y de iniciativa apasionada y talentosa, una joven capaz de hacerse a sí misma en contra y a pesar de las adversas convenciones de su tiempo. Ana llegó por sus propios méritos a la máxima jerarquía de Inglaterra. Además, en contra de lo que se ha dicho de ella, profesó un amor incondicional hacia su hija, Isabel I de Inglaterra, de la que no pudo ver ni despedirse por última vez antes de morir.

Ana fue una mujer adelantada a su tiempo, una mujer visionaria cuyo objetivo era dotar a la corte inglesa del esplendor que ella tanto añoraba y admiaba después de haberse educado de forma tan exquisita. Acusada de provocar el gran cisma de la iglesia anglicana, con el dinero de los tributos recaudados, Ana abogaba por destinar ese dinero al perfeccionamiento de las universidades y el estímulo a las artes y la arquitectura. Era dinero del pueblo que debía regresar al pueblo, muy debilitado por las graves epidemias y los diezmos de la iglesia.

Víctima de un complot creado por el propio rey, el ministro Thomas Cromwell y su propio tío, presidente del jurado, condenaron a la reina de Inglaterra a morir quemada o decapitada por el delito de adulterio, incesto y alta traición. Enrique VIII el mismo hombre que hurdió este plan para deshacerse de su esposa, tendría que escoger para ella entre la hoguera o el hacha.

Su matrimonio se declaró nulo y su hija, Isabel, bastarda. Fue decapitada el 19 de mayo de 1536, sin haber obtenido de ella, pese a los esfuerzos de Cranmer, una declaración de culpabilidad.

Nacida con el siglo del Renacimiento, Ana Bolena fue, sin duda, la mujer renacentista por excelencia, creía en que la educación era un derecho de toda persona y que, gracias a ello, otro mundo era posible. No dudó en mejorar las condiciones de universidades como Oxford y Cambridge, con la esperanza de que la ciencia y la filosofía acompañarane iluminaran las búsquedas e inquietudes del ser humano. Irreductiblemente fiel a sus valores espirituales, Ana constituyó un modelo para quienes en esa época necesitaban un camino alternativo en el desarrollo de la fe cristiana.

Entonces, ¿su "crimen"? No dar al rey Enrique VIII un hijo varón.

Los restos de Ana Bolena descansan en la Capilla Real de San Pedro ad Vincula, en la Torre de Londres.

Espero que hos haya resultado interesante esta entrada.

¡Nos vemos en el siguiente post!

¡Tened felices lecturas!

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